En Memoria de Delwin “Del” Paul DeLong
19/AGO/1948 - 01/MAR/2021 (72 años)
Por: Moisés Torres Martínez
Tuve el privilegio de conocer al hermano Del DeLong hace 40 años en mi primer viaje a un concilio ministerial en Salem, W. Va., en 1983. Creo para ese entonces, el hermano Del ya era un apóstol de la iglesia de Dios 7mo día. Desde entonces guardo en mi mente memorias y recuerdos de muchas situaciones e instancias donde nuestro hermano siempre demostró su humildad, respeto, y consideración hacia la iglesia y hacia los demás. El hermano Del, tenía el don de servir y asistir en cualquier situación de apoyo a todos los que lo necesitaran de la manera más eficiente e inmediata, principalmente dentro del ambiente de la iglesia donde tuve la oportunidad de compartir y coincidir con él en más de 50 concilios ministeriales de la iglesia.
Siempre fue una persona en la que uno podía confiar y acercarse a él, no sólo como a una autoridad de la iglesia, sino como a un amigo que siempre fue.
Nunca olvidaré una ocasión cuando llegamos a Salem a un Concilio, y me estaba sintiendo bastante mal, me faltaba el aliento y no podía respirar bien; al darse cuenta, el hermano Del me llevó inmediatamente a su casa la cual estaba en la cima de una montaña donde tenía un tanque de oxígeno en un pequeño taller a un lado de su casa; luego puso de ese oxígeno en mi nariz y me dejó allí inhalándolo; al cabo de un rato comencé a sentirme bien. Luego entendí que no había sido sólo aquel oxígeno lo que me había ayudado, sino la presencia del Espíritu de Dios que estaba en el hermano. Observé también, que nadie tenía que decirle lo que alguien necesitaba pues tenía un don o intuición innata en este sentido. El hermano Del DeLong siempre usó de misericordia y consideración en un sentido adecuado, con inteligencia y sabiduría hacia los demás.
Decía que “éramos gemelos” por tener la misma edad y coincidir en diferentes puntos de vista. Siempre lo miré con mucho respeto y como uno de los “pilares de la iglesia”, lleno de carácter y capacidad. Nuestra comunicación fue más relacionada con la literatura, con artículos para The Advocate of Truth, y en diferentes negocios la iglesia.
Su ánimo fue servir al Señor, defender Su doctrina, y llevar las “cargas” de la iglesia con mucho valor, humildad, y paciencia. Fue el Secretario de los Doce, el encargado de mantener la primer Página de la iglesia, de estar al frente de la Casa de Publicaciones en Salem, WV., y de muchas otras tareas implicadas en la dirección de la misma.
Siempre supo aprovechar cada momento de su vida, y el Señor le llenó de ricas bendiciones, le dio una muy bonita familia, una casa, y muchos amigos. Le sobreviven su esposa Fawzia, y sus hijos, Dodd y Ben, sus nueras y sus nietos.
Muchas memorias pueden escribirse acerca de nuestro hermano Del, más prefiero recordar que sus obras ya están escritas en el libro de la Vida, y lo primero que él verá al despertar del “sueño” en la Resurrección, será al Señor Jesucristo viniendo en su gloria “como una vez él mismo lo declaró”. (Revelación 14:12-13).