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¿En qué templo se asentará el hombre de pecado?

La profecía bíblica registra la venida de un hombre que viene con el poder de Satanás, y una de sus intenciones principales es sentarse en el templo de Dios, haciéndose parecer Dios.

II Tesalonicenses 2:1-4: "EMPERO os rogamos, hermanos, cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento a él, que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca. No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios".

¿Cuál es este templo de Dios donde se asentará el hombre de pecado, el hijo de perdición?

¿Habrá un templo de Dios en esta tierra tan contaminada y corrupta donde pueda habitar su gloria? ¡POR SUPUESTO QUE NO! Entonces, ¿a qué templo se refiere aquí el apóstol Pablo?

Tal vez muchos, por causa de la corriente en la que hemos sido formados en la iglesia o dentro del cristianismo, nos dejamos llevar por rumores o ideas diversas como esa de que los judíos construirán un templo antes del retorno del Señor Jesucristo, y que allí es donde se asentará el hombre de pecado como Dios, haciéndose parecer Dios.

Los mismos judíos ortodoxos no rechazan la construcción de un templo; sin embargo ellos mismos creen que sólo el Mesías tiene el derecho de venir a construir el Tercer Templo por lo que dice Zacarías 6:12-13: "Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es Pimpollo, el cual germinará de su lugar, y edificará el templo de Jehová: El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y será sacerdote en su solio; y consejo de paz será entre ambos a dos".

El Instituto del templo en Jerusalén dirigido por judíos ortodoxos ha dictaminado que solamente el Mesías es el AUTORIZADO para construir el templo cuando él venga. Que ellos sólo están aparejando o preparando todas las cosas para que cuando esto suceda, la obra comience inmediatamente. También dicen que el templo no será construido ni dirigido de acuerdo a planos del hombre, sino será de acuerdo a la inspiración divina de Dios.

Por otra parte, la enemistad entre judíos y musulmanes es un obstáculo hasta el día de hoy para que alguien pueda poner un pie sobre el terreno del monte del templo. Pueden subir y llegar hasta determinado sitio, pero siendo vigilados por la policía del estado; y también tienen prohibido orar estando allá arriba. Por eso los judíos oran alrededor del muro de las lamentaciones en Jerusalén.

Entonces, ¿a qué templo se refería el apóstol Pablo en su exposición a la iglesia en Tesalónica?

La misma palabra “templo” tiene varios significados y simbolismos. No siempre es aplicada a una edificación material hecha por manos de hombre. La palabra dice: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (I Corintios 3:16). Este, por supuesto es otro tipo de templo – la iglesia, los creyentes.

El mismo Señor Jesucristo se refirió a él mismo de ser un Templo cuando dijo: "Puedo derribar el templo de Dios y en tres días reedificarlo”. (Mateo 26:61). Aquí el Señor se refería a él mismo. "Mas él hablaba del templo de su cuerpo". (Juan 2:21)

Los templos son lugares de reunión en la actualidad; pero en el pasado, en los tiempos del Antiguo Testamento, sólo los sacerdotes autorizados podían entrar a oficiar para mantener limpio el mobiliario, y mantener encendido el altar del incienso, y encendidas las lámparas del candelero, etc.

Cuando el apóstol Pablo habla en II Tesalonicenses 2:1-4, se refiere a que el hombre de pecado tratará de usurpar la autoridad de Dios y tomar la habitación o TEMPLO de Dios (la creación de Dios). Dios es el único que tiene la potestad de habitar y gobernar en Su Templo, Su creación, Su universo. Sin embargo, el hombre de pecado tratará de hacer lo mismo que hizo Satanás en el principio, usurpar el trono de Dios. Recordemos que el mismo Señor dijo: “El cielo es mi solio, y la tierra estrado de mis pies: ¿Dónde está la casa que me habréis de edificar, y donde este lugar de mi reposo? (Isaías 66:1).

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