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Recordando al Apóstol Pedro

Simón Pedro, el apóstol, fue uno de los personajes más sobresalientes en los inicios del evangelio y uno de los discípulos más cercanos al Señor Jesucristo. Rudo de personalidad, tal vez por su oficio de pescador, pero lleno de muchas cualidades: impulsivo pero noble a la vez, entendido, humilde y obediente; Era un hombre muy observador, lo cual le ayudó a percibir la grandeza y majestad del Señor Jesucristo, y poder identificarlo como el Hijo de Dios con la ayuda del Padre Celestial. (Mateo 16:16).

Pedro siempre exhibió un gran respeto y temor hacia el Señor Jesucristo, quien a su vez lo procuró mucho y lo hizo partícipe en muchos eventos particulares en compañía de Andrés, Jacobo y de Juan su hermano:

  • Él fue llamado por el Señor para ser testigo de aquel evento de la Transfiguración en el Monte Alto. (Mateo 17:1), junto con Jacobo y con Juan.
  • En el Monte de las Olivas. (Mateo 13:3), el Señor platicó con ellos. 
  • En el Getsemaní. (Mateo 26:37); Pedro fue uno de los que vio sufrir al Señor antes de su crucifixión.
  • Cuando Jesús curó a una muchacha, sólo le permitió entrar a Pedro, a Jacobo, y a Juan. (Lucas 8:51-56). Esto pareciera un misterio o que el Señor hiciera distinción entre sus discípulos; pero el Señor siempre tenía una razón. Él tenía un plan para Pedro, así como lo tiene para cada uno de nosotros.  
  • Pedro fue quien se arrodilló delante del Señor con gran temor al reconocer Su majestad, cuando sus redes fueron llenas con multitud de grandes peces. (Lucas 5:8).
  • Fue a Pedro y a Juan a quienes el Señor mandó a preparar la cena de la Pascua (Lucas 22:8).
  • Y fue Pedro, quien con mucha humildad y reconocimiento no quería que su Maestro le lavara los pies. (Juan 13:6-8).
  • El todavía no entendía muchas cosas. Y aunque fue él, quien lloró mucho por haber negado tres veces ser discípulo de Jesús, fue precisamente él, quien horas antes le había cortado una oreja al siervo del Pontífice por defender a su Señor y maestro. Pareciera esto una incongruencia en el carácter valiente de Pedro; mas reflexionemos, que a todos nos puede suceder lo mismo.

No miremos a Pedro con tendencias humanas, sino aprendamos de él, pues pudiera ser que nosotros también estuviéramos negando al Señor en alguna manera. 

Recordemos las palabras del apóstol Pablo en Tito 1:16,  "Profésanse conocer a Dios, mas con los hechos lo niegan…".

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