La segunda Venida de Cristo es inminente
¿Qué tan cierto es que el Señor vaya a retornar a la tierra en un futuro cercano? ¿Es sólo una fábula inventada por algunos escritores, o hay un fundamento sólido en que basarnos para darle crédito a esto?
Bueno, escudriñando las Santas Escrituras, que es el único libro inspirado por el Espíritu Santo, como dice en II Pedro 1:21:
“porque la profecía no fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo,” sabemos, basados en esta fe, que tanto los ángeles, así como los profetas, los apóstoles, y el mismo Hijo de Dios, aseguraron que el Señor Jesucristo regresaría a la tierra por segunda vez. Este término, SEGUNDA VEZ, sólo es registrado en el libro de Hebreos 9:28, donde dice:“Así también Cristo fue ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud”
NOTA: “La segunda vez sin pecado,” significa que el Señor no viene otra vez para llevar los pecados de muchos, sino a traer la recompensa a todos los que han esperado en él para salud y salvación. Y esta es sólo una de las muchas razones por las que el Señor tiene que regresar.
Después de su resurrección el Señor Jesucristo se despidió de sus discípulos en el monte de las Olivas, alzando sus manos, y bendiciéndolos. (Lucas 24:50-52). Y esta bendición incluyó la promesa hecha por los ángeles, de que ese mismo Jesús vendría o regresaría de la misma manera en que se estaba alejando de su vista. El capítulo 1 del libro de los Hechos registra una de las aseveraciones más directas, hecha por seres celestiales o ángeles, sobre el retorno del Señor Jesucristo a la tierra:
En el capítulo 1:9-12, menciona: “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos al cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Entonces se volvieron a Jerusalén del monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén camino de un sábado”
NOTA: Esta es una de las declaraciones hechas directamente por seres celestiales enviados por Dios, para asegurar a los discípulos que Jesús retornaría de la misma manera como se fue.
Otra de las razones de su inminente venida es que el mismo Señor le aseguró a sus discípulos que vendría otra vez: Juan 14:1-3: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros: Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo:
para que donde yo estoy, vosotros también estéis”Esta es la promesa del mismo Señor Jesucristo.
NOTA: El se fue, y vendrá otra vez, como él mismo lo prometió, y vendrá a tomarse a sí mismo, esto es a tomar su Cuerpo que es la iglesia, y si él siendo la cabeza de la iglesia se llama Cristo, su cuerpo también debe llamarse Cristo. Así que Cristo vendrá por su complemento que también se llama Cristo, aunque esto parezca un misterio. En Efesios 1:22-23, Dios dice de su Hijo, que sometió todas las cosas debajo de sus pies, y diólo por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que hinche todas las cosas en todos. Entonces la iglesia es el complemento o plenitud de Cristo, y por consecuencia también debe llamarse Cristo.
Para que los creyentes puedan ser parte del Cuerpo de Cristo, EN SU RETORNO, deben adquirir la misma naturaleza celestial de él, y para ello deben bautizarse y recibir el don del Espíritu Santo, para que puedan ser transformados de su naturaleza humana a la misma naturaleza espiritual y celestial del Señor Jesucristo. El apóstol Pablo dice de esto en Efesios 1:12-14: “Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en Cristo. En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria” La redención es el cambió de naturaleza que se efectuará con su venida. Las arras de nuestra herencia (el Espíritu Santo) son como el anticipo o adelanto dado por Dios a los creyentes para su redención en el día postrero. Esto es, para la resurrección o transformación en el retorno del Señor Jesucristo.
Los creyentes tienen que ser transformados de una naturaleza carnal a una mente y naturaleza espiritual, para que puedan ver al Señor tal y como él es, en su venida: “Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.” (I Juan 3:2). Aquí tenemos otro testimonio dado por el apóstol Juan “sabemos que cuando él apareciere”, que asegura su aparición en gloria en el futuro cercano, y por ello tenemos que ser transformados a su misma naturaleza celestial para poder verlo como él es. No podremos convivir con el Señor ni entender su naturaleza celestial con esta mente humana y con este cuerpo corruptible.
Veamos otras razones de su inminente venida:
El tiene que venir a recoger a los que hayan ejercido su mismo Espíritu o mente, su misma manera de pensar y de actuar. Vendrá por los que hayan ejercido su misma justicia y misericordia, y por los que hayan desarrollado su misma esencia espiritual, para darles las recompensas que él mismo prometió en su primera venida. Viene por segunda vez para hacer congruente el propósito de su primera venida, dar vida eterna a los justos, y dar el pago a los injustos.
El Señor también tiene que venir porque tiene que restaurar la creación de Dios, tiene que restaurar esta tierra y este universo al mismo nivel de cuando fueron creados. El tiene que venir a instituir un reino de justicia, y a hacer nuevas todas las cosas. Hechos 3:19-21. “Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor. Y enviará a Jesucristo, que os fue antes anunciado: Al cual de cierto es menester que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo” El Señor estará en el cielo hasta que se cumpla el momento de regresar a la tierra. El Señor tiene que venir a destruir a los que han destruido la tierra por su ambición. Los gobiernos del mundo están destruyendo la tierra, y por su ambición permiten que así siga siendo. El libro de Revelación 11:18, dice: “Y se han airado las naciones y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos para que sean juzgados. Y para que des el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeñitos y a los grandes, y para que destruyas a los que destruyen la tierra”.
El Señor Jesús tiene que venir para dar cumplimiento a las profecías. Para sellar la profecía y traer la justicia de los siglos… El libro de Revelación dice que él es el Espíritu de la profecía. “Porque el testimonio de Jesús es el Espíritu de la profecía” (Rev. 19:10), esto es, que el testimonio de Jesús es lo que hace valer la profecía, así que él tiene que venir a darle vida a las profecías que faltan por cumplirse, incluyendo su Venida.
También tiene que venir a librar a su pueblo Israel de su ceguera espiritual y a librarlo de la amenaza de las naciones. Porque Israel es su nación, y su ciudad es Jerusalén. Vendráde Sión el libertador que quitará de Jacob la impiedad… (Romanos 11:26-27).
Otra razón de su venida es para destruir al anticristo, a la bestia, y a tomar preso al diablo. Inmediatamente después establecerá su reino de mil años que tanto prometió a sus discípulos.
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Revelación 20:4, 6).
Hasta en su oración del Padre Nuestro, Jesús pidió, diciendo: VENGA TU REINO. Estas, y muchas otras razones fundadas en las Santas Escrituras, aseguran que el retorno del Señor Jesucristo, es inminente.
¿Cuándo viene? Sólo el Padre lo sabe; ni los ángeles, ni el mismo Señor Jesús. De manera que sólo tenemos las señales de su pronto retorno, y a nosotros sólo toca estar apercibidos…. porque las señales de su venida están aquí delante del mundo y de la iglesia…. “Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de la vida de balde”.
El que da testimonio de estas cosas, (El Señor Jesucristo) dice: Ciertamente, vengo en breve. Amén, sea así.