¿Cuáles son los Diez Mandamientos?
Verso clave:
"Estas palabras habló Jehová á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas en dos tablas de piedra, las cuales me dió á mí". Deuteronomio 5:22.
¿De dónde vinieron los Diez Mandamientos?
Después de sacar a los hijos de Israel de Egipto, Moisés los trajo al monte Sinaí. Mientras ellos acampaban en el Sinaí, Dios llevó a Moisés a la cima del monte para hablar con él.
"Y dió á Moisés, como acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios". Éxodo 31:18.
"Y volvióse Moisés, y descendió del monte trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de una parte y de otra estaban escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas". Éxodo 32:15-16.
Dios dio a Moisés dos tablas de piedra que había tallado en el monte, en las cuales había escrito Su Ley. La historia continúa:
"Y aconteció, que como llegó él al campo, y vió el becerro y las danzas, enardeciósele la ira á Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y quebrólas al pie del monte". Éxodo 32:19.
Moisés estaba tan enojado con los hijos de Israel por violar las leyes de Dios, que quebró las tablas de piedra en el suelo. Posteriormente, Dios ordenó a Moisés que se tallara dos tablas de piedra para que Su Ley fuera escrita nuevamente.
"Y JEHOVA dijo á Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste". Éxodo 34:1.
Dios tomó las dos tablas de piedra que Moisés había tallado y escribió en ellas las mismas palabras que estaban en las primeras. Lo escrito en ambos juegos de tablas, las primeras y las segundas, fueron los Diez Mandamientos dados por Dios en el monte Sinaí.
"Estas palabras habló Jehová á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas en dos tablas de piedra, las cuales me dió á mí". Deuteronomio 5:22.
Moisés hizo esta declaración inmediatamente después de recitar los Diez Mandamientos. Estos mandamientos están escritos en el capítulo 20 del Éxodo y en el capítulo 5 de Deuteronomio. Hablaremos de ellos más adelante con detalle.
¿Quitó Jesús los Diez Mandamientos?
Para responder a esta pregunta, tenemos que estudiar el Sacerdocio bajo el cual vivimos. Cuando Jesús murió por nuestros pecados en la cruz, Él abolió la "Ley en orden a ritos" o el "Libro de la ley", y fue establecido como sumo sacerdote según el orden de Melchisedec. La ley que Jesús abolió fue la ley agregada, la cual fue dada a los hijos de Israel bajo el sacerdocio levítico a causa de la transgresión. Sin embargo, las leyes que se establecieron bajo el sacerdocio de Melchisedec antes que las leyes levíticas fueran dadas, siguen vigentes hoy en día. Los Diez Mandamientos fueron dados a Moisés y a los hijos de Israel antes de que las leyes levíticas fueran dadas y por lo tanto son parte del sacerdocio de Melchisedec.
"Y aconteció, que como llegó él al campo, y vió el becerro y las danzas, enardeciósele la ira á Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y quebrólas al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho, y quemólo en el fuego, y moliólo hasta reducirlo á polvo, que esparció sobre las aguas, y diólo á beber á los hijos de Israel". Éxodo 32:19-20.
"Púsose Moisés á la puerta del real, y dijo: ¿Quién es de Jehová? júntese conmigo. Y juntáronse con él todos los hijos de Leví". Éxodo 32:26.
El sacerdocio levítico fue establecido como resultado de la transgresión de los hijos de Israel en el Sinaí. La transgresión de adorar al becerro de oro, un ídolo, fue una transgresión al segundo mandamiento.
Jesús sólo abolió la ley levítica, la cual fue escrita por mano de Moisés, no los Diez Mandamientos que fueron escritos por la mano de Dios.
¿Qué leyes están contenidas en los Diez Mandamientos?
Mandamiento 1
"No tendrás dioses ajenos delante de mí". Éxodo 20:3.
"No tendrás dioses extraños delante de mí". Deuteronomio 5:7.
El primer mandamiento dice básicamente que Dios es el único dios a quien debemos servir. No debemos adorar otros dioses.
Mandamiento 2
"No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos". Éxodo 20:4-6.
"No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ó abajo en la tierra, ó en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas ni les servirás: porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los terceros, y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia á millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos". Deuteronomio 5:8-10.
El segundo mandamiento trata de la adoración de ídolos. No debemos hacernos ídolos, postrarnos ante ídolos, o servir ídolos. Este es el mandamiento que los Hijos de Israel violaron cuando se hicieron y adoraron al becerro de oro, mientras que Moisés estaba en el monte Sinaí.
Este es el único mandamiento que lleva consigo una advertencia en el propio mandamiento. Dios dice que no sólo te castigara a ti, sino también a tus hijos, tus nietos y tus bisnietos si se quiebras este mandamiento. Dios es muy claro en que sólo debemos adorarle a Él.
Mandamiento 3
"No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano". Éxodo 20:7.
"No tomarás en vano el nombre de Jehová tu Dios; porque Jehová no dará por inocente al que tomare en vano su nombre". Deuteronomio 5:11.
El tercer mandamiento nos instruye en cómo debemos hablar del Señor. No debemos tomar Su Nombre en vano, con indiferencia o malas palabras. Cuando mencionamos el nombre de Dios, hay que hacerlo de una manera reverente y respetuosa. Por ejemplo, decir "Dios" o "Señor" al tiempo que se ofrece una oración es una forma correcta de usar el nombre de Dios. Al gritarlo junto con otras palabras ofensivas después de golpearte el pulgar con un martillo, se está faltando al mandamiento.
Muchas personas no se dan cuenta de la importancia de este mandamiento. Dios lo puso en el mismo nivel que la adoración de ídolos o el asesinato. Tomar el nombre del Señor en vano, no es diferente a los ojos de Dios que el inclinarse ante un ídolo o matar a una persona.
Mandamiento 4
"Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó". Éxodo 20:8-11.
"Guardarás el día del reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás y harás toda tu obra: Mas el séptimo es reposo á Jehová tu Dios: ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni tu peregrino que está dentro de tus puertas: porque descanse tu siervo y tu sierva como tú. Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido: por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día del reposo". Deuteronomio 5:12-15.
El mandamiento número cuatro se ocupa del establecimiento o separación del séptimo día o sábado, de los demás días de la semana. Se nos han dado dos instrucciones sobre cómo vamos a tratar el día de reposo con respecto a los otros días de la semana. 1. Debemos guardar el día de reposo. 2. Debemos detener nuestras labores en el día de reposo, junto con todos los que residen dentro de nuestra casa o bajo nuestro control. Dios hizo el sábado para que el hombre descansara y le adorara a Él. Recuerda, Dios bendijo el día de reposo y lo santificó.
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Mandamiento 5
"Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da". Éxodo 20:12.
"Honra á tu padre y á tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da". Deuteronomio 5:16.
El quinto mandamiento nos instruye a honrar y a respetar a nuestros padres. Este mandamiento es el único que viene con promesa. Si respetamos a nuestros padres, Dios nos concederá una larga vida en la tierra.
Mandamiento 6
"No matarás". Éxodo 20:13.
"No matarás". Deuteronomio 5:17.
Este mandamiento claramente nos indica que no debemos matar a nuestros semejantes.
Mandamiento 7
"No cometerás adulterio". Éxodo 20:14.
"No adulterarás". Deuteronomio 5:18.
El mandamiento siete tiene que ver con la santidad del matrimonio. Se nos prohíbe relacionarnos con alguien que está casado y se nos prohíbe relacionarnos con alguien que no es nuestro cónyuge si estamos casados.
Mandamiento 8
"No hurtarás". Éxodo 20:15.
"No hurtarás". Deuteronomio 5:19.
El octavo mandamiento nos dice que no debemos tomar lo que no nos pertenece. Debemos respetar la propiedad de los demás y no debemos tomar como nuestro lo que por derecho pertenece a otros.
Mandamiento 9
"No hablarás contra tu prójimo falso testimonio". Éxodo 20:16.
"No dirás falso testimonio contra tu prójimo". Deuteronomio 5:20.
El mandamiento número nueve nos prohíbe decir declaraciones falsas, o mentiras, que lastimen o dañen a otras personas.
Mandamiento 10
"No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo". Éxodo 20:17.
"No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu prójimo". Deuteronomio 5:21.
El décimo y último mandamiento nos dice no codiciarás, o desearás hasta el punto de querer tomar, las posesiones de otro hombre. No sólo no debemos tomar las posesiones de otro hombre (Mandamiento ocho), o relacionarnos con el cónyuge de otro (Mandamiento 7), sino también se nos prohíbe desear robar o cometer adulterio.
Conclusión
Los diez mandamientos fueron dados por Dios antes del establecimiento del sacerdocio levítico. No son parte de la ley que Jesús abrogó. Estos mandamientos, junto con la ley de los alimentos limpios y no limpios y el diezmo, representas las leyes de Dios para el hombre y están vigentes para nosotros hoy en día.